martes, 17 de julio de 2012

Con da Romaiña.


Una de estas leyendas es la del encanto del Con da Romaíña, formación rocosa de grandes bolos graníticos situados en la parroquia de Nantes, que representan interesantes pías y gravados que, según los vecinos, representaban una cuchara, un tenedor y una sartén.
 La leyenda cuenta que en este Con se aparecía en la mañana de San Juan una viejecilla de largo cabello blanco que se ponía a cocinar mientras una gran serpiente enrollada descansaba a su lado sin causarle mal alguno. También se decía que cuando el Sol salía, en esa mañana solsticial, se ponía a bailar sobre la cabeza de aquella misteriosa mujer. Otra leyenda narra el fabuloso encuentro de un vecino de la zona con la misteriosa  moura. La leyenda dice que en estos lares vivía  un hombre llamado Manolito” O Currutaco” que era muy valiente y arriesgado.


No le tenía miedo a nada ni a nadie. Cuentan que un día llegó a la aldea un paragüero viejo. El paragüero, al enterarse de la fama de Manolito “O Currutaco”, le dijo que, si era cierto que no conocía el miedo, fu5se una noche de Luna llena al Con da Romaíña y que esperase allí a que la campana de la iglesia diese las doce de la noche. Pasadas dos semanas llegó  una noche de Luna llena, así que Manolito se dirigió hasta el Con y allí aguardó a que la campana diese las doce de la noche. Cuando sonaron las doce campanadas se abrió una puerta en la gran roca de la que salió una moura, la cual le dijo a Manolito que era una mujer encantada y que cuando él encontrase el tesoro escondido en la roca ella quedaría libre del encantamiento. La moura guió a Manolito al interior del con llevó ante el tesoro pero cuando éste le iba a echar la mano la moura se convirtió en una inmensa serpiente que se le echó encima. Manolito, hombre fuerte y valiente, la agarró por el cuello y empezó a estrangularla. Cuando terminó la pelea, Manolito estaba agotado y muerto de miedo pero aún tuvo la fuerza para hacerse con el tesoro. Salió corriendo escaleras arriba hacia la salida de la roca pero cuando llegó a lo alto comprobó con horror que la puerta de la roca estaba cerrada. Fue así como Manolito “O Currutaco” acabaría muriendo al quedar encerrado para siempre en el interior del Con da Romaíña.

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